Mutar. Mientras uno permanece insomne puede sentir la metamorfosis. Dormir; tan sobrevalorado y plancentero dormir. Hoy, me sumo a la lista de las que nunca duermen. Quiero estar despierta, atenta. Lista para ver, escuchar, leer y morir. Quizás es demasiado. Sí, no. No sé. Sólo quiero estar ahí para ser parte y con ojos bien despiertos no perderme nada.

viernes, 30 de marzo de 2007

La noche de las librerías

Ayer (para todos los que no saben dónde están parados, Jueves 29/03) fue la primera Noche de las Librerías, llevada a cabo en dónde más.. la Avenida Corrientes. Al ser la primera, y teniendo en cuenta que nuestro calvo jefe de Gobierno pasa la mayor parte de su campaña electoral pavoneándose del incremento de las actividades culturales a partir de su gestión, decidí encaminarme hacia allí.

La apertura del evento fue demasiado puntual. A las 20 horas, en el bar La Paz se podía ver un collage de cámaras, periodistas, gente que no sabía muy bien qué estaba haciendo allí y obviamente, las figuras públicas. A través del vidrio de la confitería y, obviamente, del lado de afuera era posible divisar al “Lic.” Jorge Telerman (actual jefe de Gobierno porteño), Enrique Rodríguez (ministro de Producción), Stella Puente (subsecretaria de Industrias Culturales) y un batallón de escritores, como ser Felipe Pigna, Ana María Shúa y Alicia Dujovne Ortiz. Ahora, ¿cómo es posible que yo sepa todo esto si los muy gentiles muchachos de la puerta no me dejaron acceder al recinto? Muy simple, acosé a un periodista de TN que ya había terminado su cobertura para que me facilitara información acerca del acto y terminó regalándome demasiado material. Agradezco a él.

Así que, con más de la mitad del proceso completo, únicamente me faltaba sumergirme en las librerías. Honestamente, pensamos que iba a ser más fácil. Había gente por doquier, mucha gente, pero había una diferencia con respecto a los habituales abarrotamientos que solemos encontrar circundando el centro porteño. Ellos que matemáticamente ya no cabían en el espacio geográfico estaban felices. Iban y venían, de librería en librería comentando que habían visto a la que contaba cuentos por allá o que un personaje circense en zancos les había dado un poema. En fin, daba placer verlos sentir placer por la lectura y la cultura.

A eso de las 21 horas y seguida por una amiga y una muy internacional acompañante nos adentramos en la
Librería Hernández. Estaba iniciando un homenaje a Rodolfo Walsh, a los 30 años de su homicidio. Hablaron Mario Goloboff (escritor), Eduardo Jozami (también escritor), Victoria Ginzberg (periodista) y una diputada cuyo nombre sinceramente no recuerdo. Como todo conjunto de opiniones de diversos individuos, hubo cosas altamente rescatables y otras que todavía no puedo entender a qué caso venían. Casi una hora más tarde nos levantamos de nuestro asientos conformes (o por lo menos yo), algo pensativa y con ganas de seguir el programa que me había cedido el amable señor periodista.

Y de ahí en más pasó todo muy rápido. Librerías, artistas, música y stands entre los cuales estaban los de la Dirección de la Juventud, Librería de las Mujeres, Revista Caras y Caretas y la editorial de las
Madres de Plaza de Mayo. Nos dirigimos a Zival´s a ver “Literatura en las Tinieblas”, relatado por el escritor Alberto Laiseca. Puedo decir que sólo escuché uno de los dos cuentos que contó pero me bastó. Es más, me encantó.

Salimos a Callao y Corrientes y vimos humo. Había olor a quemado pero, haciendo oídos sordos al impulso que me gritaba “¡andá a ver qué se quema.. preguntale a alguien.. hacé algo!”, me di media vuelta y, ahora acompañada por otro amigo, me dirigí al escenario principal. Terminaba. Escuchamos el cierre a cargo de Me Darás Mil Hijos, una banda que no conocía pero reconocí sonaban bien. Así nos fuimos caminando por una Corrientes peatonal, inédita. Con la decadencia que se presenta cuando todo gran evento finaliza.

lunes, 19 de marzo de 2007

La leyenda insomne

De esto se tratará, sí, de esto. Más bien de ellos, de ella.

¿Por qué darle tanta importancia a una avenida? ¿En qué mundo una calle merece un espacio donde alguien se explaye invirtiendo tiempo y algo de imaginación? ¿Por qué no?
OK, la respuesta es obviamente subjetiva desde cualquier punto de vista. Para MI y solamente para mí, esta calles LO MERECE.

Personas, personajes, momentos, atmósferas, recuerdos, lugares conocidos, otros que no, críticas, todo lo que encuentre a mi paso por ahí. Ahí está todo, no se necesita más.

¿De qué hablo? Me parece que es bastante obvio, o por lo menos para los que alguna vez nos paramos con la mirada anonadada y observamos fijamente una marquesina de sus teatros.

Hablo de la Avenida Corrientes, de la que nunca duerme. De la gente que vive y respira Corrientes. Me refiero a una leyenda porteña que con muchos años de gloria encima aún no se deja morir.

Así que con este primer texto simplemente abro el espacio, doy paso y me voy.